Me dejaste y seguiste tu camino...
Creí que iba a morirme de dolor
y puse en mi corazón tu imagen solitaria,
en una canción de oro.
Pero, ¡Ay! ¡qué pícara suerte la mía!...porque el tiempo vuela.
Se seca la juventud año tras año,
los días de primavera se van,
mueren las leves flores en vano
y el sabio me advierte que la vida
es como una gota de rocío en una hoja de loto..
¿Y he de dejarlo todo y quedarme mirando a quien se fue de mí?
¡Qué falta de cortesía y qué necedad!...porque el tiempo vuela.
Llegad, pues, noches mías de lluvia, con pies chapoteantes;
sonríe, mi otoño dorado; ven, descuidado abril mío, regalador de besos...
¡Y ven tú, y tú, y tú también, amores míos, que sabéis que somos mortales!...
¿Valdrá la pena partirse el corazón por quien se lleva el suyo...si el tiempo vuela?
Es dulce sentarse en un rincón a meditar
y a escribir versos que digan: "¡Todo lo eres para mí!"
¡Qué heroico alimentar la pena y negarse al consuelo!...
Pero un nuevo rostro se asoma a mi puerta y levanta sus ojos a los míos...
Enjugaré mi llanto y mudaré mi canción de melodía...porque el tiempo vuela.
El Jardinero, Rabindranath T. Tagore.
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