viernes, 22 de julio de 2011

Si tienes que irte lejos. David Manzanera

Si tienes que irte lejos
no te preocupes por nada
Yo te espero, en serio:

Yo te espero.

Mantendré mis rutinas como escudo
Para parar el tiempo en ese instante
Y que así me reconozcas cuando vuelvas.

Mis pasos,
mi café,
mi horario diurno
mis ojos en el techo por la noche
mi piel que entre las sábanas te aguarda:
entre todos cuidaremos tu casa.

Es normal que el asfalto de otras calles
de otros tristes lugares sin tus plumas
quieran oler el aire de las olas
que por tu voz se expande cuando hablas;
Que necesiten risas las esquinas
y que quieran tus manos otros pomos
pues sin ti desconocen la ternura.

Tú debes recorrer el mundo entero
para que el mundo entero no se olvide
que la belleza auténtica, la que cuenta
no se acumula en los bancos.
Y que la vida buena, la que importa
Es tan fácil como mirarte a los ojos.

Si tienes que irte lejos no te olvides
que de pie en nuestra torre,
yo alzaré nuestra bandera,
para que desde cualquier nube en la que te halles
veas ondular tu nido, el que dejaste,
el que, en tu breve ausencia –tenlo claro-
Bailará con el viento de los besos
que fuerte soplaré para que vuelvas.

Si tienes que irte lejos cuatro cosas:

Déjate tus zapatos en la entrada
porque yo desde el vacío en que te alzabas
reconstruyo tus alas en el aire.

Llévate en tus bolsillos esta llave
que no te servirá pues yo no cierro
Ni una sola ventana del regreso.

Protégete en el manto de caricias
que con estas palabras te entretejo
cuando arrecie el dolor de verte sola.

Y, sobre todo, sobre todas las cosas
no me escribas jamás en la distancia
-sabré que estarás bien, es tu destino-
si no es para decir siete palabras

Amor, amor, amor Por fin He vuelto.

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